Golpes de Calor, una amenaza invisible
Los expertos alertan de que los síntomas de un golpe de calor pueden tardar en dar la cara pero que igualmente son fatales para la salud de los perros, también se da en gatos pero dados los hábitos a los que están acostumbrados es menos frecuente. Con la subida paulatina de las temperaturas, se avecina uno de los principales riesgos que sufren los perros y también los gatos durante el verano: los golpes de calor, un shock que ataca a diferentes órganos y donde las primeras 24 horas son cruciales para salvar al perro de padecer secuelas irreversibles o incluso de morir.
Su forma natural de sudar y deshacerse de calor es a través de las almohadillas de sus patas y su jadeo, por la primera expulsan el calor sobrante de su cuerpo pues es donde tienen concentradas la mayor parte de sus glándulas sudoríparas, y por la segunda inhalan aire fresco. Pero esto en verano puede no ser suficiente. Cuando el calor no se expulsa de una forma eficaz, la temperatura interna del cuerpo del perro comenzará a subir y los mecanismos habituales del organismo de nuestra mascota no son capaces de mantener la temperatura en niveles seguros.
Por esa razón, tanto la exposición a un ambiente húmedo como el sobresfuerzo físico pueden favorecer el golpe de calor. Y esto no hay que tomárselo a broma: entre el 36% y el 50% de los animales que sufre una repentina subida de su temperatura corporal muere, según un extenso estudio coordinado por la veterinaria Lisa Powell, de la Universidad de Minesota (EE.UU.). Las altas temperaturas estivales y la dificultad de los canes para sudar y perder temperatura sobrante explican por qué es tan importante saber cuándo el animal padece un golpe de calor, cómo ayudarle y cómo protegerle. Detallan además que los perros de color negro o de raza braquicéfala son más propensos a sufrirlo: Bóxer, Bulldogs, Carlino, Pequinés, … los conocidos como razas chatas.
En cualquiera de los casos, si la temperatura del animal superara los 41°C, su temperatura normal es de 37º-38º C, sufriría múltiples fallos internos que podrían causarle la muerte.
Síntomas y prevención
Los síntomas de un perro afectado por un golpe de calor son la agitación cardíaca y respiratoria, disfunciones neurológicas como la ataxia o convulsiones, vómitos y diarrea, entre otros muchos. Pero los signos externos que nos pueden dar una pista de que la cosa no va bien y, que pueden alertarnos sobre la posibilidad de que nuestro amigo esté sufriendo un golpe de calor está el jadeo angustioso y rápido, la lengua roja de color brillante, saliva pegajosa, depresión, debilidad, mareos, vómitos en los que puede haber sangre, decaimiento y debilidad, diarrea y problemas digestivos. El último estadio del proceso sería el coma. Pero esta sólo es la cara externa del shock ya que, según los expertos, por dentro pueden sufrir un colapso circulatorio, un fallo hepático y renal, pancreatitis o incluso entrar en coma.
Con todo, los expertos advierten de que el animal tiene la mitad de probabilidades de morir durante las primeras 24 horas mientras que, de superar las 48 horas, puede recuperarse, aunque con el riesgo de padecer secuelas irreversibles. De ahí la urgencia de llevar al perro al veterinario para actuar a tiempo ante el menor de los síntomas anteriormente citados.
Qué hacer-Primeros auxilios
Para evitar este riesgo, los profesionales aconsejamos hidratar regularmente al perro, sacarlo a pasear en las horas menos calurosas y no dejarle bajo ningún concepto encerrado en lugares con mala ventilación como un balcón, un coche, trasportín, o el coche. Cuidado con este último que se repite todos los veranos, dejamos al animalito en el coche mientras vamos a gestionar algo por 5 minutos. Al final nos encontramos con algún conocido, nos entrenemos más de la cuenta y pasa una hora, …, la historia no termina bien.
No obstante, si tu amigo ha sufrido o sospechas que lo va a sufrir, un golpe de calor, te hacemos las siguientes recomendaciones: Lo inmediato una vez que aparecen las señales es sacar al animal de la zona caliente. Mientras lo llevamos urgentemente al veterinario, intentaremos bajar la temperatura de su cuerpo mojándolo con agua fría. En el caso de que sean cachorros, es mejor utilizar agua tibia, no demasiado fría.
También funciona, si lo tenemos a mano, incrementar el movimiento de aire en torno al animal con el uso de un ventilador. El retorno a la temperatura de nuestro amigo debe ser progresivo, es decir, no es nada conveniente que se baje de pronto, por ejemplo, con agua muy fría.
El control de la temperatura corporal de nuestra mascota podemos hacerlo midiendo, si tenemos medios para ello, la temperatura rectal cada cinco minutos.
Una vez que parezca haber pasado lo peor, aunque el animal parezca recuperado, lo llevaremos a la clínica para que el profesional determine si hay deshidratación, le suministre oxígeno, análisis de sangre, etc. Entre otras cosas, descartaremos problemas mayores y de mayor gravedad.
A modo de resumen, te dejamos aquí cinco puntos que debes de tener en cuenta.
Golpe de calor en perros: cinco consejos para evitarlo
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Muy interesante y de mucha actualidad para estos tiempos de tanto calor que estamos padeciendo con la llegada del verano.
Gracias