La noticia se hizo viral en las redes sociales, allá por el verano de 2017. Ocurrió en Long Island (Nueva York), como casi todos las mañanas de los domingos, Mark Freeley y su perro Storm, un Golden Retriever blanco, paseaban por la orilla de la playa cuando de repente Storm se para y se queda observando como a lo lejos en el mar, asomaba la cabecilla de un cervatillo y sin pensárselo se tiró a las frias agua a rescatarlo. Mientras, Mark sacó su móvil y grabó las increíbles escenas que después colgó en Facebook. Impactado por lo que estaba sucediendo se le oye gritar: «Storm está tratando de salvar a este cervatillo, creo que está tratando de salvarlo»,»¡Storm, tráelo! ¡Storm, tráelo! ¡Buen chico, Storm, tráelo!«.

Storm lo sujetó por el cuello y lo arrastró hasta la orilla, parece increíble que el perro intentara mantener al cervatillo con la cabeza fuera del agua para evitar su asfixie. Ya en la orilla, desorientado, agotado y con frío, la cría se tumbó en el suelo jadeando mientras Storm la lamía intentando reanimarla y darle calor. Mientras esto ocurría, Mike Freeley se puso en contacto con Strong Island Animal Rescue, una asociación de rescate animal sin ánimo de lucro y que se nutre de la aportaciones y de la generosidad de sus seguidores, quienes ya en el lugar se pusieron manos a la obra para salvar la vida de la cría de ciervo. Hubo un segundo intento por parte del asustadizo animal, de huir de aquella situación zambulléndose de nuevo en el agua, pero ahí estaba Storm para evitarle una muerte segura. Y hasta hubo una tercera vez , pero ya los voluntarios de la asociación de rescate fueron a por él.

El cervatillo fue transportado a Star Foundation, un santuario de vida silvestre y centro de rehabilitación, donde se le trató por enfisema subcutáneo, una condición en la que el aire queda atrapado debajo de la piel, y otras heridas de carácter leve. Aunque es muy normal que los ciervos naden por el estrecho de Long Island de una orilla a otra, éste era demasiado joven para sobrevivir a la travesía (solo tenia 3 meses). Tan pronto se recuperó de sus lesiones el animalito fue devuelto a la Naturaleza.

Una prueba más de lo increíble que pueden llegar a ser los comportamientos de nuestras mascotas, con un final feliz y que titulamos así: «Storm, una tormenta de generosidad y entrega».